Celebración de hoy

San Guillermo de Vercelli, Abad: Protector de los Ciegos
2 Reyes 19,9b-11.14-21.31-35a.36.
Senaquerib, rey de Asiria, envió enviados a Ezequías con este mensaje: «Hablen así a Ezequías, rey de Judá: Que no te engañe tu Dios, en quien confías, haciéndote pensar que Jerusalén no será entregada en manos del rey de Asiria. Tú has oído, seguramente, lo que hicieron los reyes de Asiria a todos los países, al consagrarlos al exterminio total. ¿Y tú te vas a librar?»
Ezequías tomó la carta de la mano de los mensajeros y la leyó. Después subió a la Casa del Señor, la desplegó delante del Señor y oró, diciendo: «Señor de los ejércitos, Dios de Israel, que tienes tu trono sobre los querubines: tú solo eres el Dios de todos los reinos de la tierra, tú has hecho el cielo y la tierra. Inclina tu oído, Señor, y escucha; abre tus ojos, Señor, y mira. Escucha las palabras que Senaquerib ha mandado decir, para insultar al Dios viviente. Es verdad, Señor, que los reyes de Asiria han arrasado todas las naciones y sus territorios. Ellos han arrojado sus dioses al fuego, porque no son dioses, sino obra de las manos del hombre, nada más que madera y piedra. Por eso los hicieron desaparecer. Pero ahora, Señor, Dios nuestro, ¡sálvanos de su mano, y que todos los reinos de la tierra reconozcan que tú solo, Señor, eres Dios!»
Isaías, hijo de Amós, mandó a decir a Ezequías: «Así habla el Señor, Dios de Israel: Tú me has dirigido una súplica acerca de Senaquerib, rey de Asiria, y yo la he escuchado. Esta es la palabra que el Señor ha pronunciado contra él: Te desprecia, se burla de ti, la virgen hija de Sión; a tus espaldas mueve la cabeza la hija de Jerusalén. Porque de Jerusalén saldrá un resto, y del monte Sión, algunos sobrevivientes. El celo del Señor de los ejércitos hará todo eso. Por eso, así habla el Señor acerca del rey de Asiria: Él no entrará en esta ciudad, ni se lanzará una flecha; no la enfrentará con el escudo, ni se levantará contra ella un terraplén. Se volverá por el mismo camino, sin entrar en esta ciudad (oráculo del Señor) Yo protegeré a esta ciudad para salvarla, por mi honor y el de David, mi servidor».
Aquella misma noche, el Ángel del Señor salió e hirió en el campamento de los asirios a ciento ochenta y cinco mil hombres. Entonces Senaquerib, rey de Asiria, levantó el campamento, emprendió el regreso y se quedó en Nínive.
Salmo 139(138):
«Te alabo, porque estoy maravillosamente hecho». (R)
Oh Señor, tú me has sondeado, tú me conoces: sabes cuándo estoy sentado y cuándo estoy de pie; comprendes desde lejos mis pensamientos. Mis viajes y mi descanso escudriñas, con todos mis caminos estás familiarizado. /R.
En verdad, tú has formado mi ser íntimo; me tejiste en el seno de mi madre. Te doy gracias porque he sido hecho de forma admirable y maravillosa; maravillosas son tus obras. /R.
Mi alma también la conocías muy bien; ni mi estructura te era desconocida Cuando fui hecho en secreto, cuando fui formado en las profundidades de la tierra. /R.
Mateo 7,6.12-14.
En aquel tiempo, Jesús, dijo a sus discípulos. «No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todos los que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran». Palabra del Señor.