El precio de los combustibles pegó otro respingo este sábado y los valores aumentaron un promedio de 4% en sus variantes en todo el país. Es la sexta modificación en lo que va del año y suma otro argumento a la recesión en el sector, que ya registra una de las mayores caídas del consumo en el último tiempo.
Si bien los aumentos dispuestos por el gobierno nacional se prometían mucho más feroces, el ajuste proviene de la actualización del Impuesto sobre los Combustibles Líquidos (ICL) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC) y comenzó a regir desde la medianoche de este sábado.
La nafta súper pasó a costar entre $1058 el litro en estaciones de servicio de YPF, mientras que el gasoil llega a $519.
Esta modificación lleva a 62% acumulado anual, pero si la cuenta se realiza desde noviembre del año pasado, los incrementos llegan al 262% acumulado.
Desde el sector petrolero advirtieron que los precios todavía están retrasados, pero observan que no hay mucho más margen para los aumentos debido a la estrepitosa y constante caída del consumo de combustibles que se registra desde el mes de diciembre.
Según un informe de la Federación Argentina de Expendedores de Nafta del Interior (Faeni), el consumo de naftas y gasoil a nivel nacional se redujo interanualmente un 5,8% en enero, un 7,3% en febrero, siguió bajando a 12,1% en marzo y se profundizó a 13,7% en abril respecto a las ventas del mismo mes del año pasado. Fuentes de la cámara empresaria indicaron a La Capital que la caída del consumo en mayo en algunas estaciones de servicio de Rosario llegó a ser del 30%.
En esa misma línea, el desplome de las ventas de gasoil en abril fue del 19,13%, mientras que la retracción en el consumo de diésel fue del 10,70% y del 6,82% para la nafta super. La mayor caída fue la de la nafta premium, con el registro de 24,22% sólo en abril.