Celebración de hoy
San Adrián de Canterbury: Abad que enseñó a multitud de discípulos

San Adrián de Canterbury fue un gran erudito en las lenguas griego y latín: Convirtió su monasterio en un centro de enseñanza teológica. Biografía y obras
Coronilla a la Misericordia

Coronilla a la Divina Misericordia de Hoy Jueves y Consagración
Lecturas del día
Maria, hoy observamos que después de alimentar a la multitud, Jesús se aparta para orar en soledad. Este momento revela la importancia de la comunión con el Padre en medio de nuestras actividades, recordándonos que la oración fortalece nuestra fe y nos prepara para los desafíos.
Presta atención a las lecturas de hoy.
Nota: Las siguientes son las lecturas donde la Epifanía del Señor se celebra siempre el 6 de enero.
1 Juan 4,11-18.
Queridos míos, si Dios nos amó tanto, también nosotros debemos amarnos los unos a los otros. Nadie ha visto nunca a Dios: si nos amamos los unos a los otros, Dios permanece en nosotros y el amor de Dios ha llegado a su plenitud en nosotros. La señal de que permanecemos en él y él permanece en nosotros, es que nos ha comunicado su Espíritu. Y nosotros hemos visto y atestiguamos que el Padre envió al Hijo como Salvador del mundo.
El que confiesa que Jesús es el Hijo de Dios, permanece en Dios, y Dios permanece en él. Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en él. Dios es amor, y el que permanece en el amor permanece en Dios, y Dios permanece en él. La señal de que el amor ha llegado a su plenitud en nosotros, está en que tenemos plena confianza ante el día del Juicio, porque ya en este mundo somos semejantes a él. En el amor no hay lugar para el temor: al contrario, el amor perfecto elimina el temor, porque el temor supone un castigo, y el que teme no ha llegado a la plenitud del amor.
Salmo 72(71):
Señor, todas las naciones de la tierra te adorarán. (R).
Oh, Dios, con tu juicio dota al rey, y con tu justicia, al hijo del rey; él gobernará a tu pueblo con justicia, y a tus afligidos con juicio. /R.
Los reyes de Tarsis y de las Islas ofrecerán dones; los reyes de Arabia y de Seba traerán tributos. /R.
Porque él rescatará al pobre cuando clame, y al afligido cuando no tenga quien lo socorra. Tendrá piedad del humilde y del pobre; salvará la vida de los pobres. /R.
Marcos 6,45-52.
En aquel tiempo, Jesús obligó a sus discípulos a que subieran a la barca y lo precedieran en la otra orilla, hacia Betsaida, mientras él despedía a la multitud. Una vez que los despidió, se retiró a la montaña para orar.
Al caer la tarde, la barca estaba en medio del mar y él permanecía solo en tierra. Al ver que remaban muy penosamente, porque tenían viento en contra, cerca de la madrugada fue hacia ellos caminando sobre el mar, e hizo como si pasara de largo. Ellos, al verlo caminar sobre el mar, pensaron que era un fantasma y se pusieron a gritar, porque todos lo habían visto y estaban sobresaltados. Pero él les habló en seguida y les dijo: «Tranquilícense, soy yo; no teman». Luego subió a la barca con ellos y el viento se calmó. Así llegaron al colmo de su estupor, porque no habían comprendido el milagro de los panes, y su mente estaba enceguecida. Palabra del Señor.